El sistema Sate permite ahorrar entre un 20 y 40% de la energía, aunque esto depende por supuesto, del grosor y la calidad del aislante, y sumado a ello, el acabado aplicado en la fachada de la edificación.
Este sistema no solo permite ahorrar energía sino además se amortiza rapidamente.
Si tomamos en cuenta que el sistema instalado cuenta con un grosor considerable que permite ahorrar un 30% la amortización de la estructura podrá llevarse a cabo en tan solo 5 años.